La decepción de empeñarse en buscar felicidad donde sabemos muy bien que no la vamos a hallar, esas noches que no tienen sentido, los brazos desconocidos y esos labios fríos, ese bullicio de lamentos enmascarados que suenan a gemidos, ruidosa alegría que por la mañana se transforma en quejido.
Creer en estelares vuelos cuando todo está nublado, imaginarnos paseando por la Luna cuando ya hasta ésta se ha ausentado, vagabundear en el infinito, pero siempre tomada de su mano.
La decepción de querer verse donde no hay espacio, esos lugares oscuros y tristes por el brutal desengaño, sueños utópicos que solo eso serán, ese montón de ilusiones que se van a evaporar.
Olvidando que yo siempre cerca de ti he estado, silenciosamente y con amor tus pasos he guiado, con vehemencia, pasión y cariño, tu alma he cuidado en mi mundo humilde y aventurado.