3 de julio de 2010



Fuiste el que en mi cama acarició mi pelo, adormecido en mi piel con la afección de los besos. Aquel que con tiernas caricias alimentó mis deseos. Un eterno adolescente que enternecido de amor buscó la luz en mis ojos cuando llovió, y alejarse de esa pena que humedecía su rostro en el dolor. Tan amante de la música, y del licor que procede de mi cuerpo, marido con irracional prisa y hostilidad, casado por provecho, abandonas mi cama alejándote de mi aroma por culpa del maldito destino.

Mientras yo sigo siendo aquella que con susurros le dió calma a tus tormentos, perdoné tus desatinos, interpreté tus silencios, justifiqué tus descuidos, y abrí mi alma y mi cuerpo, solo cuidé mi belleza dispuesta para tu piel, solo amarte fue mi meta, en tus ojos me miré y encontré la entrega, una gota de tu miel, a la que me volví adicta, al calor de nuestro hogar, dispuestos a sonreír para callar, y en cada cuota de besos, embriagados en nuestro refugio, se ahogaba mi anhelo, procuré la libertad en tu encierro, si dejas mi cama, te perseguirá mi aroma por un maldito destino, te perseguirá. Pero nunca estaré sola, construí un fuerte castillo , mi esperanza no se desploma, no sufras demasiado, te amo.

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