15 de agosto de 2010

   Suspira ella, es tan dulce y tan perfecta, por ahora dejemos su nombre en el anonimato, pero dice que ya pasaron meses desde aquella tarde-noche en la que se abrazaron y dejó que él fuera tras su sueño más anhelado.  Y que a pesar de haber dejado miles de veces ahondar en su tristeza, hay recuerdos que todavía se activan con el olor de aquellas nueces o tan solo con escuchar esa dulce canción.  Dice que en el cuerpo los recuerdos se sienten como el amor:  un nudo en el estómago, palpitaciones, dolor de pecho.  Y  lo que supone es que si esas imágenes insisten en volver es porque no todo depende de la voluntad que tiene ella por olvidar y se pregunta si existirá un circuito neurológico que sujeta con más intensidad los recuerdos que fueron incorporados de la mano de un fuerte contexto emocional.

1 comentario:

Nec dijo...

me encanto (Y)