18 de julio de 2010

  Su cuerpo cubierto de sábanas, la habitación en la que descansaba, y sus pocas pertenencias. Se encontraba helada, casualmente no era invierno, en su habitación dormían otras personas, pero ella se sentía fría y sola. Intentando conciliar el sueño, cierra los ojos y procede a olvidar, mañana será otro día, tiene que trabajar y estudiar, para lograr ser la mujer que siempre quiso ser, pero bien ella sabía que nada de eso no era suficiente y ni siquiera bastaba para cumplir uno de sus sueños, la inseparable y enceguecedora agonía de no estar junto a él, no le permitía volver a dormir una noche más.
  Ella se sentía vacía, quería volver a creer, quería volver a despertar y poder terminar con la monotonía. Sabía muy bien que no era especial, que no tenia nada y que no podía pedir mas que eso, no obstante, ella anhelaba aún sin nada, ella quería volver a creer, quería que la vida le regalara más que eso que ya tenía, y así fue como esa noche cerró sus ojos esperanzada en lograr volver a vivir. Pero en verdad, ella; fría como el hielo no logró ni siquiera soñar, y así se volvió a levantar de la cama como la repetición de otras miles de mentiras.  Siguió caminando sin rumbo, así logro ver sin tener ojos, y tocaba ya sin sentir. De esa manera prosiguieron los meses, y aún veía partir a los que alguna vez fueron parte se su vida, distintos caminos eran los que los separaban, y tanto fue así que ya ni siquiera podría recordar rostros.  
  Quería cambiar pero tenía miedo, quería vivir pero contemplaba como todo se caía a su alrededor, quería sentir pero nadie la ayudaba, pasa el tiempo y cambiaba su cuerpo y así es como ella seguía estancada en el tiempo, en los recuerdos.
  Pero una noche, todo dejó de ser igual, sin realmente poder verlo, ella, que aún estaba fría como el hielo a pesar de que había llegado la primavera, recordó que en cada camino hubo quien la hizo sentir viva y alli se quedo helada recordando ese rostro, escuchando sus dulces acordes, recordando esos actos que no se hablan, solo se sienten y se comprenden cuando faltan, recordó a ese ser que la acompañó el otoño anterior, ese ser que con ella se conectó de ese sideral modo, solo porque estaban heridos de igual o similar manera.

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